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De-Extinction: Revivir criaturas extinguidas con la ciencia

El fascinante mundo de la desextinción y cómo los científicos utilizan tecnología punta para revivir criaturas desaparecidas hace mucho tiempo.
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04 agosto 2023

La de-extinción es un apasionante campo de la investigación científica que pretende resucitar criaturas extinguidas del pasado utilizando tecnologías avanzadas. Al resucitar estas especies, los científicos esperan comprender mejor su biología y restaurar los ecosistemas alterados por su desaparición. Sin embargo, la desextinción no está exenta de polémica y consideraciones éticas. En este artículo analizaremos el concepto de deextinción, la ciencia que la sustenta, su historia, el proceso que implica y algunos casos de estudio interesantes. También nos adentraremos en las implicaciones éticas de devolver la vida a criaturas extinguidas y el papel de la conservación en este campo en rápida evolución.

Entender la desextinción

¿Qué es la De-Extinción?

La desextinción, también conocida como biología de la resurrección o revivificación de especies, es el proceso de devolver a la vida animales o plantas extinguidos mediante métodos científicos. Consiste en reconstruir el ADN del organismo extinguido y utilizarlo para generar nuevos organismos con características similares.

Pero, ¿qué significa devolver la vida a una especie extinguida? No se trata sólo de recrear en un laboratorio una criatura desaparecida hace mucho tiempo. La desextinción va más allá. El objetivo final es revivir especies individuales y restablecer sus poblaciones en sus entornos nativos, restaurando potencialmente los ecosistemas a como eran antes de la intervención humana.

Imaginemos un mundo en el que el pájaro dodo vuelva a vagar por los bosques de Mauricio, o en el que el majestuoso tigre de Tasmania merodee por las tierras salvajes australianas. La desextinción ofrece la posibilidad de invertir lo irreversible, de deshacer el daño causado por la acción humana.

 pájaro dodo
El objetivo de la desextinción es devolver la vida a las especies extinguidas mediante métodos científicos, con la posibilidad de devolver los ecosistemas a su estado original, como el pájaro dodo que vuelve a vagar por los bosques de Mauricio.

La ciencia tras la extinción

La desextinción depende en gran medida de los avances en ingeniería genética y tecnologías de clonación. Los científicos empiezan por obtener muestras de ADN de restos bien conservados de la especie extinguida, como huesos o plumas. Estas muestras actúan como cápsulas del tiempo, guardando la información genética de organismos desaparecidos hace mucho tiempo.

A partir de estas muestras, los científicos aíslan y secuencian el ADN, desvelando los secretos del código genético de la especie extinguida. Este proceso proporciona la información esencial necesaria para iniciar el proceso de desextinción.

Una vez secuenciado el ADN, los científicos se embarcan en un viaje de descubrimientos. Analizan la información genética para identificar los rasgos y características específicos que distinguen a la especie extinguida. Al comparar este ADN con el de sus parientes vivos más cercanos, los científicos pueden comprender mejor los atributos físicos, el comportamiento y la fisiología de la especie extinguida.

Es como armar un rompecabezas: cada fragmento genético revela una nueva parte del cuadro. Cuanto más sepamos sobre la especie extinguida, mejor preparados estaremos para devolverla a la vida.

Tras analizar el ADN, los investigadores se enfrentan a la monumental tarea de recrear el genoma de la especie extinguida. Esta versión sintética del genoma sirve de modelo para el proceso de desextinción. Contiene las instrucciones para construir una criatura viva que alguna vez vagó por la Tierra.

Pero, ¿cómo dar vida a este modelo? La respuesta está en las células de especies vivas estrechamente emparentadas. Los científicos insertan el genoma sintético en estas células, creando un organismo híbrido conocido como quimera. Se trata de una delicada danza entre el pasado y el presente, en la que el material genético de una especie se fusiona con las células vivas de otra.

Mediante la cría selectiva y la manipulación genética, los científicos pretenden perfeccionar las características de las crías de las quimeras hasta que se parezcan mucho a las de la especie extinguida. Esto incluye rasgos como el aspecto físico, el comportamiento y las adaptaciones ecológicas. Es un proceso minucioso que requiere paciencia, precisión y un profundo conocimiento de los entresijos de la vida misma.

La desextinción es un campo que encierra un inmenso potencial. Abre un mundo de posibilidades, no sólo para recuperar especies extinguidas, sino también para comprender el delicado equilibrio de los ecosistemas y el impacto de las acciones humanas en el mundo natural. Nos desafía a afrontar las consecuencias de nuestras acciones pasadas y a luchar por un futuro en el que puedan rectificarse los errores del pasado.

La historia de la extinción

Primeros intentos de desextinción

Desde hace siglos se intenta resucitar especies extinguidas, y los primeros ejemplos tienen sus raíces en el folclore y la mitología. Criaturas legendarias como el ave fénix, que se dice que resurge de sus propias cenizas, y el golem, una criatura de arcilla devuelta a la vida, captan la fascinación humana por el concepto de resurrección.

Sin embargo, no fue hasta el desarrollo de las técnicas científicas modernas cuando la desextinción pasó del reino de la fantasía al de la realidad. A finales del siglo XX, los científicos empezaron a explorar la posibilidad de revivir especies extinguidas mediante la tecnología de la clonación. Uno de los primeros intentos con éxito fue la clonación de un íbice de los Pirineos en 2003, aunque murió poco después de nacer debido a un defecto pulmonar.

estatuas de gólems
Los esfuerzos de restauración de especies extinguidas, arraigados en el folclore y la mitología, evocan la fascinación humana por la resurrección a través de criaturas legendarias como los gólems.

Avances e hitos

Desde los primeros días de la desextinción, se han logrado avances significativos que allanan el camino para éxitos futuros. En 2009, los investigadores lograron revivir un tipo de cabra salvaje llamada bucardo, que llevaba extinta siete años. Sin embargo, este logro fue agridulce, ya que el clon murió a los pocos minutos debido a complicaciones pulmonares.

Más recientemente, en 2013, los científicos decidieron eliminar la paloma mensajera. La paloma mensajera, antaño un ave omnipresente en Norteamérica, se extinguió a principios del siglo XX. Mediante la inserción de genes específicos en embriones de palomas de cola anillada, los científicos pudieron recrear algunos de los rasgos y comportamientos de la especie extinguida.

Estos hitos en la investigación de la desextinción ofrecen esperanzas para el renacimiento de otras criaturas extinguidas y señalan el potencial de futuros éxitos en este campo.

El proceso de desextinción

Ingeniería genética y clonación

El proceso de desextinción implica múltiples pasos, empezando por la extracción y el análisis del ADN de restos bien conservados de la especie extinguida. Este material genético sirve de base para recrear el genoma del organismo extinguido.

Mediante técnicas avanzadas de ingeniería genética, los científicos insertan este genoma sintético en las células de una especie viva estrechamente emparentada, que actúa como huésped sustituto. El organismo huésped transporta el ADN de la especie extinguida y da lugar a una descendencia híbrida.

Mediante la cría selectiva y la manipulación genética, los investigadores trabajan para perfeccionar las características de las crías híbridas hasta que se parezcan mucho a las de la especie extinguida. Esto podría implicar la introducción de variantes genéticas específicas asociadas a atributos físicos o comportamientos observados en la especie extinguida.

Retos y limitaciones

Aunque la desextinción es prometedora, también se enfrenta a numerosos retos y limitaciones que deben superarse.

Un reto importante es la disponibilidad de muestras de ADN bien conservadas. En muchos casos, la degradación del ADN con el paso del tiempo dificulta la obtención de material genético suficiente para reconstruir un genoma completo. El éxito de la desextinción depende en gran medida de la calidad y cantidad de ADN que pueda extraerse de los restos de las especies extinguidas.

Además, recrear una especie extinguida implica algo más que genes. Los factores ambientales y las interacciones entre organismos desempeñan un papel crucial en la formación de la biología y el comportamiento de un organismo. Recrear estas complejas dinámicas ecológicas únicamente mediante la ingeniería genética y la clonación es todo un reto.

Otra limitación radica en los posibles problemas éticos asociados a la desextinción. Plantea interrogantes sobre la conveniencia de jugar a ser "creador" y las consecuencias de reintroducir una especie desaparecida hace mucho tiempo en los ecosistemas modernos. Estas consideraciones éticas seguirán determinando la evolución de la investigación sobre la de-extinción.

Casos prácticos de desextinción

El mamut lanudo

Uno de los ejemplos más conocidos de posible desextinción es el mamut lanudo. Estas majestuosas criaturas vagaron por la Tierra durante la última glaciación, pero se extinguieron hace unos 4.000 años. Los científicos han podido extraer ADN relativamente bien conservado de restos de mamut hallados en la tundra helada de Siberia.

A partir de este ADN, los investigadores trabajan en la creación de un organismo híbrido insertando los genes del mamut en células de elefante asiático. El objetivo es desarrollar un híbrido de elefante y mamut que comparta características con la especie extinguida, como un grueso pelaje lanoso y colmillos largos y curvados.

El mamut lanudo
Los científicos trabajan en la desextinción utilizando ADN de mamut lanudo bien conservado para crear un híbrido de elefante y mamut con rasgos de la especie extinguida.

La paloma mensajera

La paloma mensajera, que llegó a contar con miles de millones de ejemplares en Norteamérica, fue cazada hasta su extinción a principios del siglo XX. Se están realizando esfuerzos para revivir esta especie utilizando técnicas de ingeniería genética para insertar genes seleccionados asociados a los rasgos únicos del ave en palomas de cola anillada, sus parientes vivos más cercanos.

Si tiene éxito, la desextinción de la paloma mensajera podría tener importantes implicaciones para la restauración de los ecosistemas forestales. Esta ave desempeñaba un papel crucial en la dispersión de semillas y la formación de los bosques, y su ausencia ha tenido consecuencias ecológicas.

Consideraciones éticas sobre la desextinción

Ventajas e inconvenientes

La desextinción tiene partidarios y detractores, y los argumentos éticos ocupan un lugar central en el debate.

Sus defensores sostienen que la de-extinción es prometedora para restaurar los ecosistemas, revertir las extinciones causadas por la actividad humana y aumentar la biodiversidad. Creen que es nuestra responsabilidad rectificar los errores del pasado y evitar la pérdida de la valiosa información biológica que encierran las especies extinguidas.

Los críticos, en cambio, expresan su preocupación por las consecuencias no deseadas de la reintroducción de especies extinguidas en ecosistemas modernos. Cuestionan que se destinen recursos a traer de vuelta animales extinguidos en lugar de centrarse en proteger y preservar las especies actualmente en peligro.

El papel de la conservación

La extinción no debe considerarse una solución aislada a la pérdida de biodiversidad. Los esfuerzos de conservación dirigidos a preservar las especies existentes y sus hábitats siguen siendo fundamentales. La protección de los ecosistemas, la prevención de extinciones y la mitigación de los efectos del cambio climático y la destrucción de hábitats son componentes esenciales de las estrategias integrales de conservación.

Aunque la desextinción ofrece posibilidades apasionantes, es crucial equilibrar la curiosidad científica con las consideraciones éticas y la sostenibilidad a largo plazo de los ecosistemas. El futuro de la desextinción depende de la investigación en curso, del debate público continuo y de un esfuerzo colectivo para preservar y proteger la biodiversidad del planeta.

Conclusión

La desextinción representa una fascinante frontera en la investigación científica. Tiene el potencial de remodelar nuestra comprensión del mundo natural y, potencialmente, deshacer algunos de los daños causados por las actividades humanas. Sin embargo, hay muchos retos y consideraciones éticas por delante. A medida que avanza la ciencia, es esencial sortear con cuidado estas complejidades, garantizando que los esfuerzos de desextinción se ajusten a objetivos y principios de conservación más amplios. Sólo entonces podremos aprovechar el poder de la ciencia para revivir de forma responsable a las criaturas del pasado y salvaguardar la biodiversidad de nuestro planeta.