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Las 10 tecnologías más recientes en neurociencia

Las 10 últimas tecnologías en neurociencia que están revolucionando este campo.

En los últimos años, la neurociencia ha estado a la vanguardia del desarrollo tecnológico, con notables avances en áreas como la optogenética, las interfaces cerebro-ordenador, la edición genética y la estimulación cerebral profunda. Estas tecnologías han transformado nuestra comprensión del cerebro y han abierto nuevas y apasionantes posibilidades de investigación, diagnóstico y tratamiento de trastornos neurológicos.

1. Optogenética: Arrojando luz sobre los circuitos neuronales

La optogenética es una técnica de vanguardia que permite a los científicos controlar y modular la actividad de neuronas específicas del cerebro mediante el uso de la luz. Introduciendo proteínas sensibles a la luz en estas neuronas, los investigadores pueden activarlas o inhibirlas selectivamente con una precisión sin precedentes, lo que les permite identificar y estudiar complejos circuitos neuronales implicados en una amplia gama de comportamientos y funciones cerebrales.

Fundamentos de la optogenética

La clave de la optogenética es el uso de opsinas microbianas, como la Channelrhodopsin-2 (ChR2) y la Halorhodopsin (NpHR), proteínas sensibles a la luz que se encuentran en algas y bacterias. Estas proteínas pueden modificarse genéticamente e insertarse en neuronas mediante vectores virales, haciéndolas sensibles a longitudes de onda de luz específicas.

Cuando la luz incide sobre estas neuronas, las opsinas las activan o inhiben, provocando una respuesta que puede registrarse y analizarse. Esto permite a los investigadores sondear los circuitos neuronales del cerebro y explorar cómo las distintas neuronas y circuitos intervienen en comportamientos como la memoria, el aprendizaje y la toma de decisiones.

Uno de los aspectos más interesantes de la optogenética es su capacidad para dirigirse a poblaciones específicas de neuronas del cerebro. Por ejemplo, los investigadores pueden utilizar la optogenética para activar o inhibir selectivamente neuronas del córtex prefrontal, una región del cerebro que interviene en la toma de decisiones y el comportamiento social. De este modo, pueden estudiar cómo estas neuronas contribuyen a estos comportamientos complejos y desarrollar potencialmente nuevos tratamientos para los trastornos que los afectan.

Aplicaciones en la investigación neurocientífica

La optogenética ya ha dado lugar a muchos descubrimientos revolucionarios en neurociencia. Por ejemplo, se ha utilizado para demostrar que poblaciones específicas de neuronas del hipotálamo intervienen en la regulación del hambre y la saciedad, y que estas neuronas pueden activarse o inhibirse mediante luz para controlar el comportamiento alimentario en ratones.

Además, la optogenética también se ha aplicado para investigar las bases neuronales de trastornos psiquiátricos como la ansiedad y la depresión. Mediante la activación o inhibición selectiva de neuronas en regiones cerebrales concretas, los investigadores pueden identificar los circuitos neuronales alterados en estos trastornos y desarrollar nuevas estrategias de tratamiento.

Otra aplicación interesante de la optogenética es el campo de las prótesis neurales, en el que los investigadores están desarrollando dispositivos capaces de restaurar la función de partes del cerebro dañadas o enfermas. Mediante el uso de la optogenética para controlar la actividad de las neuronas en estos dispositivos, los investigadores esperan crear tratamientos más precisos y eficaces para afecciones como la enfermedad de Parkinson y la epilepsia.

STANFORD La optogenética, probada en roedores, puede controlar la actividad eléctrica de unas pocas neuronas cuidadosamente seleccionadas y puede aportar nuevos conocimientos sobre nuestros trastornos.
La optogenética utiliza opsinas microbianas como ChR2 y NpHR, proteínas sensibles a la luz que se encuentran en algas y bacterias, modificadas genéticamente e insertadas en neuronas.| Créditos de la imagen: John Carnett /Popular Science

Orientaciones y retos futuros

A pesar de su increíble potencial, la optogenética sigue enfrentándose a varios retos y limitaciones. Uno de ellos es la administración de proteínas sensibles a la luz a neuronas específicas del cerebro mediante vectores virales, lo que puede resultar difícil e invasivo.

Además, los efectos de la estimulación optogenética pueden ser difíciles de interpretar, ya que pueden diferir de los efectos de la actividad neuronal natural. Además, existen dudas sobre la seguridad a largo plazo de estas tecnologías, sobre todo en aplicaciones humanas.

A pesar de estos retos, el campo de la optogenética sigue avanzando a gran velocidad. Los investigadores trabajan en el desarrollo de métodos nuevos y más precisos para actuar sobre neuronas específicas del cerebro y exploran nuevas aplicaciones de esta tecnología en campos como la neuroingeniería y la neuroprótesis. Con la investigación y el desarrollo continuados, la optogenética puede revolucionar nuestra comprensión del cerebro y dar lugar a nuevos tratamientos para una amplia gama de trastornos neurológicos y psiquiátricos.

2. Interfaces cerebro-ordenador: Un puente entre la mente y la máquina

Las interfaces cerebro-ordenador (BCI) son una nueva clase de dispositivos que permiten a las personas controlar aparatos electrónicos o prótesis con el pensamiento. Estos dispositivos funcionan registrando las señales eléctricas producidas por el cerebro y descodificándolas mediante algoritmos avanzados para traducirlas en órdenes para dispositivos externos.

Comprender las interfaces cerebro-ordenador

Las ICB utilizan diversas técnicas para registrar la actividad cerebral, como la electroencefalografía (EEG), que mide la actividad eléctrica del cerebro mediante electrodos fijados al cuero cabelludo, y los electrodos intracorticales, que se implantan directamente en el cerebro.

A continuación, estas grabaciones se procesan mediante algoritmos de aprendizaje automático que pueden descodificar los patrones de actividad neuronal y traducirlos en órdenes para dispositivos externos como ordenadores, prótesis o incluso exoesqueletos robóticos.

Interfaz cerebro-ordenador
Las BCI registran la actividad cerebral mediante electrodos en el cuero cabelludo y electrodos intracorticales implantados directamente en el cerebro.

Aplicaciones actuales y casos de éxito

Las BCI ya han demostrado ser muy prometedoras en diversas aplicaciones, como la neuroprótesis, la comunicación y el entretenimiento. Por ejemplo, se han utilizado para restablecer la función motora de personas con lesiones medulares, permitiéndoles controlar prótesis sólo con el pensamiento.

Además, las ICB también se han utilizado para ayudar a personas con síndrome de enclaustramiento o trastornos graves de la comunicación a comunicarse con sus seres queridos y cuidadores, permitiéndoles seleccionar letras o palabras en la pantalla de un ordenador con el pensamiento.

Consideraciones éticas y potencial de futuro

A pesar de sus beneficios potenciales, las ICM también plantean varios problemas éticos, sobre todo en relación con la privacidad, la autonomía y la mejora humana. Por ejemplo, preocupa el posible uso indebido de estas tecnologías con fines de vigilancia o lectura de la mente, así como la posibilidad de que se utilicen como forma de mejora cognitiva o coerción.

Sin embargo, si se estudian y regulan cuidadosamente, las ICB pueden revolucionar muchos aspectos de la vida humana, desde la asistencia sanitaria hasta el ocio.

3. CRISPR-Cas9: La revolución de la edición genética en neurociencia

CRISPR-Cas9 es una potente tecnología de edición genética que permite a los investigadores realizar cambios precisos en las secuencias de ADN de células vivas. Esta tecnología ha transformado el campo de la biología molecular y ha abierto nuevas vías de investigación sobre las bases genéticas de los trastornos neurológicos.

La ciencia detrás de CRISPR-Cas9

CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) se refiere a un sistema inmunitario bacteriano natural que reconoce y destruye secuencias de ADN extrañas. Cas9 (CRISPR-Associated Protein 9) es una proteína que actúa como una tijera molecular, cortando el ADN en sitios diana específicos que son complementarios a una pequeña molécula de ARN conocida como ARN guía (ARNg).

Introduciendo un ARNg personalizado junto con la proteína Cas9, los investigadores pueden dirigir la enzima para que corte un lugar concreto del genoma, lo que les permite insertar o eliminar genes específicos o reparar secuencias genéticas aberrantes causantes de enfermedades.

CRISPR - Las proteínas Cas9 reconocen y cortan el ADN patógeno extraño
CRISPR-Cas9

Aplicaciones en trastornos neurológicos

CRISPR-Cas9 ya se ha utilizado para investigar las bases genéticas de muchos trastornos neurológicos, como la enfermedad de Huntington, la enfermedad de Alzheimer y los trastornos del espectro autista. Al utilizar esta tecnología para crear modelos animales de estas enfermedades que reproduzcan las mutaciones genéticas humanas, los investigadores pueden explorar los mecanismos moleculares subyacentes e identificar posibles dianas terapéuticas.

Además, CRISPR-Cas9 también se ha utilizado para desarrollar nuevas estrategias de terapia génica, como la sustitución de genes defectuosos o la corrección de mutaciones genéticas en células vivas.

Debates éticos y perspectivas de futuro

CRISPR-Cas9 también plantea varios problemas éticos, sobre todo en lo que respecta a la edición de genes en embriones humanos o células de la línea germinal, que podría tener consecuencias duraderas para las generaciones futuras. También preocupa la posibilidad de que se produzcan efectos no deseados o consecuencias imprevistas de la edición de genes, así como la posibilidad de eugenesia o intentos de crear "bebés de diseño".

Sin embargo, con una cuidadosa regulación y supervisión ética, CRISPR-Cas9 tiene el potencial de revolucionar el campo de la biología molecular y proporcionar nuevas vías para el tratamiento y la cura de trastornos neurológicos.

4. Estimulación cerebral profunda: Una nueva era en el tratamiento de los trastornos neurológicos

La estimulación cerebral profunda (ECP) es un procedimiento quirúrgico que consiste en implantar electrodos en regiones específicas del cerebro para modular la actividad neuronal. Esta técnica ha demostrado ser muy prometedora en el tratamiento de trastornos neurológicos como la enfermedad de Parkinson, la depresión y la epilepsia.

Principios de la estimulación cerebral profunda

La clave de la ECP es la localización precisa de las regiones cerebrales implicadas en el trastorno. Una vez implantados los electrodos, se conectan a un generador de impulsos que envía impulsos eléctricos al cerebro con una frecuencia y una intensidad específicas.

Estos impulsos eléctricos pueden modular la actividad de las neuronas del cerebro, ayudando a restablecer o regular los patrones anormales de actividad neuronal que subyacen al trastorno neurológico.

Aplicaciones clínicas y casos de éxito

La ECP ya se ha utilizado con éxito para tratar diversos trastornos neurológicos, como la enfermedad de Parkinson, el temblor esencial, la distonía y el trastorno obsesivo-compulsivo. En muchos casos, la ECP ha demostrado ser más eficaz que las terapias farmacológicas convencionales, con menos efectos secundarios y una mejor calidad de vida para los pacientes.

Además, la ECP también se ha utilizado para cartografiar los circuitos neuronales del cerebro, lo que ha permitido a los investigadores identificar las vías neuronales implicadas en estos trastornos y desarrollar nuevas estrategias de tratamiento.

Varón adulto sometido a preparación preoperatoria para estimulación cerebral profunda.
Varón adulto sometido a preparación preoperatoria para estimulación cerebral profunda.

Riesgos, limitaciones y evolución futura

A pesar de sus posibles beneficios, la ECP no está exenta de riesgos. La propia intervención quirúrgica puede conllevar algunos riesgos, como infección o hemorragia, y también puede haber efectos a largo plazo sobre la función cognitiva o el comportamiento.

Además, los mecanismos precisos de la ECP no se conocen del todo, y aún queda mucho por aprender sobre cómo modula la actividad neuronal y cómo interactúan entre sí las distintas regiones cerebrales.

Sin embargo, gracias a la investigación y el desarrollo en curso, la ECP tiene potencial para convertirse en una opción de tratamiento generalizada para muchos trastornos neurológicos, ofreciendo esperanza a millones de personas en todo el mundo.

Conclusión

Éstas son sólo algunas de las últimas tecnologías que están transformando el campo de la neurociencia y abriendo nuevas posibilidades de investigación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos neurológicos. Cada una de estas tecnologías tiene sus propias ventajas y limitaciones, y aún queda mucho por aprender sobre su interacción con los complejos circuitos neuronales del cerebro.

Sin embargo, con la investigación y la innovación en curso, estas tecnologías seguirán dando forma al futuro de la neurociencia, allanando el camino para nuevos descubrimientos y nuevas terapias que podrían cambiar la vida de millones de personas en todo el mundo.

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