Cuando se habla de criónica, una pregunta que surge inevitablemente es: "¿Puedo criopreservarme vivo?". Parece una pregunta extraña, aunque en cierto modo es comprensible. Quizá algunas personas prefieran vivir en una época o un lugar distintos a los de nuestro mundo moderno. Quizá no les guste vivir pandemias globales, cambios climáticos o guerras. Quizá piensen que las cosas en el futuro serán diferentes, más emocionantes y quizá menos caóticas. Al fin y al cabo, criónica se basa en la premisa de que la tecnología del futuro no sólo ayudará en el proceso de renacimiento, sino que en general hará la vida mucho mejor.
Pero, ¿significa eso que los vivos, y no sólo los muertos, pueden someterse a la criopreservación humana? Veámoslo más de cerca.
Criopreservación: ¿qué es?
Antes de responder a esta pregunta, debemos entender qué implica la criopreservación. En pocas palabras, se trata de un procedimiento en el que se pone a los pacientes en biostasis a temperaturas bajo cero con la ayuda de... criónica. El propósito es detener el proceso de degradación para tratar la causa de la muerte y, con la ayuda de futuras tecnologías, revivir al paciente. Se trata de una intervención médica de emergencia para salvar vidas.
El funcionamiento de este procedimiento consiste en que, cuando un paciente es declarado legalmente muerto, un equipo de reserva (SST) acude a él y comienza el proceso de crioconservación. Es absolutamente esencial que un paciente que se inscriba en este servicio sea declarado primero legalmente muerto. De lo contrario, el equipo de reserva no podrá criopreservarlo.
Actualmente es ilegal en cualquier país del mundo iniciar el procedimiento en un paciente vivo. Al fin y al cabo, cuando firmas un contrato de Biostasis, donas tu cuerpo a la investigación científica... después de muerto. Criopreservar a alguien vivo iría en contra de lo que firmó en el contrato. Pero si, técnicamente hablando, el cliente quisiera hacerlo de todos modos... ¿podríamos?
Soluciones crioprotectoras y vitrificación
Durante el procedimiento, el equipo trabaja para enfriar el cuerpo del paciente a bajas temperaturas y reducir el daño isquémico en el cerebro. Para ello se utilizan distintas intervenciones, como la asistencia cardiopulmonar, la inducción de hipotermia y la administración de medicamentos específicos. La isquemia está causada por la falta de oxígeno tras el cese de los latidos del corazón. Si realizáramos el procedimiento en un paciente vivo, el riesgo de daño isquémico sería mucho menor, ya que el corazón no ha dejado de latir.
Para bajar la temperatura central, hay que sustituir la sangre del cuerpo por soluciones crioprotectoras. Se trata de anticongelantes de uso médico diseñados para evitar la formación de cristales de hielo protegiendo la célula. Los cristales de hielo dañan la estructura celular, por eso la criopreservación vitrifica a los pacientes en lugar de congelarlos. De este modo, los pacientes quedan en un estado similar al cristal hasta que sea posible una futura reactivación. Para lograrlo, las soluciones crioprotectoras son clave para enfriar el cuerpo internamente, pausando la descomposición celular.
Ahora bien, estas soluciones crioprotectoras son tóxicas a temperaturas cálidas. Sin embargo, a temperaturas criogénicas, no lo son. Por eso, cuando se enfría el cuerpo del paciente, el equipo de reserva administra estas soluciones crioprotectoras lentamente en cantidades bajas y aumenta gradualmente la concentración a medida que baja la temperatura. Imaginemos entonces que esto se hiciera a un paciente que aún estuviera vivo. Al bajar la temperatura y sustituir la sangre por crioprotectores, la actividad metabólica se detiene por completo. El paciente pasaría de estar vivo a estar prácticamente muerto.
Mientras tanto, el paciente es transportado al European Biostasis Foundation (EBF) en Rafz (Suiza). Una vez allí, el paciente se somete a un enfriamiento criogénico para poder almacenarlo indefinidamente hasta su futura reanimación. Esto implica almacenar a los pacientes a una temperatura de -196 grados Celsius.
¿Se puede criopreservar vivo?
Volviendo a la pregunta principal, ¿se puede criogenizar en vida?
Por supuesto que no.
Aparte del hecho de que legalmente no se permite a un equipo de reserva realizar este procedimiento en los vivos , ¡el proceso para vitrificar tu cuerpo básicamente te mataría en el proceso! Si lo hiciéramos antes de la muerte legal, ¡se consideraría homicidio!
Las soluciones crioprotectoras a temperaturas cálidas son tóxicas para el cuerpo humano. Sólo a temperaturas criogénicas no son perjudiciales. A pesar de su toxicidad, los científicos trabajan para reducirla, contrarrestarla e incluso eliminarla por completo de las soluciones crioprotectoras. Sin embargo, este proceso llevará tiempo, ya que el recalentamiento es uno de los principales retos de la criopreservación.
Aunque los miembros de las organizaciones criónica esperan ser revividos en el futuro, esto todavía no es posible. Quizá, una vez que las tecnologías médicas hayan avanzado en el futuro, crioconservar a los vivos pueda ser una posibilidad. Sin embargo, hasta que se desarrolle la tecnología de la reanimación, crioconservar a un paciente vivo significaría una muerte segura.
Conclusión
Criopreservar a los vivos es un error muy común sobre criónica y la biostasis. Nuestros servicios sólo están pensados para los muertos, para que tengan la oportunidad de una segunda vida en el futuro. Pase lo que pase en esta vida, con la criopreservación llega la posibilidad de tratar tus enfermedades y vivir el futuro. Pero por ahora, es importante seguir viviendo y disfrutando de la vida. Tú también puedes beneficiarte de esta oportunidad. Considere la posibilidad de programar una llamada con nosotros para hablar de nuestros servicios de inscripción y de cualquier pregunta que pueda tener sobre criónica. No olvides seguirnos en Instagram, Discord, Twitter, LinkedIn y Youtube para estar al día sobre Tomorrow Bio.
