No es ningún secreto que el corazón es el músculo más importante de nuestro cuerpo. Mientras que el cerebro controla todo tipo de funciones, el corazón sólo tiene un trabajo: la circulación sanguínea. Lo hace las 24 horas del día, los 7 días de la semana, durante toda la vida, para garantizar que todos los órganos del cuerpo reciban la cantidad de sangre suficiente para cumplir su función. Si se interrumpiera el flujo sanguíneo, los órganos perderían rápidamente la capacidad de cumplir su función y morirían. Esto es un gran problema para el trasplante de órganos, ya que el flujo sanguíneo se interrumpe durante un tiempo antes de que el órgano pueda extraerse del donante y llevarse al receptor para realizar el trasplante. Esta ausencia de flujo sanguíneo se denomina "isquemia" o "isquemia caliente" si no se enfría el órgano.
Comúnmente, los conocimientos médicos actuales afirman que la isquemia caliente prolongada provoca daños irreversibles en el cuerpo y el cerebro. Sin embargo, nuevos estudios demuestran que podría ser necesario actualizar nuestra comprensión de este proceso. Y es que la "muerte celular" debida a la isquemia caliente, que antes se creía irreversible, ha demostrado ser recuperable.
Investigación sobre la isquemia caliente
En los últimos años se han realizado múltiples estudios sobre la isquemia caliente.
Cada vez se le presta más atención por sus efectos en la conservación y el trasplante de órganos. A diferencia de la isquemia fría, que se produce al enfriar el órgano para aumentar su vida útil tras extraerlo del donante, la isquemia caliente se produce en el momento en que se interrumpe el flujo sanguíneo. Esto la convierte en una bomba de relojería para cualquier órgano.
En lo que se refiere a diversos rasgos anatómicos y fisiológicos, los cerdos poseen muchas similitudes con los humanos. La ubicación de los órganos (y a menudo su tamaño y función), la piel e incluso la progresión de algunas enfermedades muestran un considerable solapamiento entre ambos. Por eso, a menudo se eligen cerdos para ensayos médicos considerados demasiado peligrosos para la vida humana. En ellos se han realizado ensayos para la prevención de la isquemia caliente con resultados sorprendentes.
Efectos en el cerebro
En 2019, un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de Yale desarrolló una técnica revolucionaria llamada "BrainEx". En sus estudios, consiguieron restablecer un pequeño grado de actividad metabólica y neuronal en cerebros de cerdo, entre cuatro y seis horas después de interrumpir el suministro de oxígeno.
Sin embargo, a pesar de la exagerada cobertura mediática, los autores del informe científico se aseguraron de aclarar que no se observaron signos de sensibilidad o consciencia en el cerebro del animal. No obstante, sigue siendo un éxito pionero en la investigación del cerebro.
El procedimiento consistió en bombear un agente citoprotector a través de los vasos sanguíneos del cerebro del animal. El líquido que utilizaron los científicos contenía una forma sintética de hemoglobina (proteína encargada de transportar el oxígeno en los glóbulos rojos), así como un cóctel de moléculas protectoras para prevenir los coágulos sanguíneos.
Efectos en todo el cuerpo
En 2022, el mismo equipo de científicos realizó otro estudio, esta vez centrado en la protección de todo el cuerpo frente a la isquemia caliente. Optimizaron el procedimiento adaptándolo a la perfusión de todo el cuerpo, la misma técnica general que también se utiliza para la criopreservación. De hecho, este sistema de perfusión consistía en un dispositivo que comparte similitudes con las máquinas de circulación extracorpórea utilizadas en cirugía, y se utilizaron soluciones personalizadas que promovían la salud celular y reducían la inflamación. Sorprendentemente similar a cómo se administra la crioprotección para la criopreservación.
Una hora después de inducir la parada cardiaca en los cerdos, se perfundió el citoprotector mediante un sistema controlado por ordenador. OrganEx, como acertadamente se denominó a este sistema, resultó ser capaz de transportar "niveles adecuados de oxígeno" al organismo de los animales. De este modo se restablecieron algunas funciones celulares clave de órganos que antes se consideraban "irreparables" tras una exposición significativa a isquemia caliente. Los investigadores pudieron comprobar que el corazón, el hígado y los riñones recuperaron ciertas funcionalidades tras el tratamiento con la tecnología OrganEx.
Zvonimir Vrselja, que formó parte del equipo que realizó la investigación, declaró:
"Normalmente, cuando el corazón deja de latir, los órganos empiezan a hincharse, colapsando los vasos sanguíneos y bloqueando la circulación. Sin embargo, la circulación se restableció y los órganos de los cerdos fallecidos que recibieron tratamiento con OrganEx parecían funcionales a nivel de células y tejidos."[1]
"Al microscopio, era difícil distinguir entre un órgano sano y otro que había sido tratado con la tecnología OrganEx después de muerto".
Aunque la mayoría de los resultados fueron "los esperados", hubo un aspecto que sorprendió al equipo de Yale. Se registraron movimientos involuntarios en las zonas de la cabeza y el cuello de los cerdos fallecidos tras ser conectados a las máquinas OrganEx. Nenad Sestan, uno de los autores del estudio, afirma en un comunicado de prensa:
"Esto indica que se conservaron algunas funciones motoras. Revela un potencial infravalorado de recuperación celular tras una isquemia caliente prolongada de todo el cuerpo en un mamífero grande."
La definición de muerte está cambiando
Estudios científicos como éste confirman que lo que hoy consideramos "irreversible" puede muy bien ser salvable algún día. La muerte no es un absoluto, es un proceso. Se trata de una señal positiva para el potencial de recuperación futura tras la crioconservación.
La definición de muerte ha cambiado muchas veces. Hace un siglo, si tu corazón dejaba de latir, te declaraban muerto en el acto. Ahora, sabemos que mediante la reanimación cardiopulmonar es posible volver a poner en marcha el corazón y sacar a la gente del borde de la muerte. Este "borde" se desplaza constantemente hacia atrás a medida que aumentan los conocimientos médicos. Donde antes los científicos veían un precipicio, ahora construyen puentes.
La criopreservación es un intento de tender un puente hacia el futuro, permitiendo a las personas elegir cuánto tiempo quieren vivir.
Conclusión
Las nuevas conclusiones de este estudio de Yale tienen grandes implicaciones potenciales para la criopreservación. Por un lado, la isquemia caliente ha sido una fuente importante de dudas por parte de los escépticos de criónica, ya que puede producirse una isquemia caliente prolongada si no se inicia inmediatamente la crioprotección. Como esto provoca graves daños en los tejidos y órganos humanos, muchos científicos declararían inútil cualquier esfuerzo de crioprotección a partir de entonces. Este nuevo estudio demuestra que no tiene por qué ser así, si los experimentos con cerdos sirven de indicación. Han demostrado que, incluso después de una isquemia caliente prolongada, es posible reactivar las funciones de los órganos con los medios adecuados. Es de esperar que futuros estudios nos acerquen aún más a posibles enfoques para una futura reactivación.
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