El concepto de muerte ha sido un tema de contemplación durante siglos. Una de las reflexiones más famosas al respecto procede del emperador y filósofo romano Marco Aurelio, quien escribió en sus Meditaciones: "Puesto que es posible que partas de la vida en este mismo momento, regula cada acto y pensamiento en consecuencia". Este pasaje pone de relieve la importancia de vivir el presente y aprovechar al máximo nuestro tiempo, ya que nunca sabemos cuándo nos llegará la hora.
Un concepto similar puede encontrarse en el campo de criónica, la práctica de preservar el cuerpo o el cerebro de una persona tras su muerte con la esperanza de que la tecnología pueda revivirla algún día. Aunque la idea de criónica pueda parecer descabellada a algunos, se basa en el mismo principio que las reflexiones de Marco Aurelio: nunca sabemos cuándo nos llegará la hora, y es importante tener en cuenta las posibles consecuencias futuras de nuestros actos.
En este artículo, exploraremos por qué criónica sigue teniendo sentido incluso en el caso de que todos vayamos a morir, y cómo puede ayudarnos a ver la vida como algo precioso. También examinaremos por qué Marco Aurelio probablemente elegiría inscribirse en criónica si estuviera disponible en su época, y cómo criónica se alinea con la filosofía estoica.
El valor de la vida
Uno de los argumentos más convincentes a favor de criónica es que nos ayuda a ver la vida como algo precioso. Al preservar nuestros cuerpos o cerebros tras la muerte, estamos reconociendo la importancia de nuestra existencia y aferrándonos a la esperanza de que algún día podamos continuar nuestras vidas de otra forma.
Esta perspectiva también puede ayudarnos a vivir nuestra vida más plenamente en el presente. Si sabemos que nuestro tiempo es limitado y que tenemos la posibilidad de seguir viviendo en el futuro, puede que nos sintamos más inclinados a aprovechar al máximo el tiempo de que disponemos. Es más probable que asumamos riesgos, persigamos nuestras pasiones y hagamos las paces con nuestros seres queridos, sabiendo que existe la posibilidad de un futuro en el que podamos seguir creciendo y cambiando.
criónica y la filosofía estoica
La filosofía del estoicismo, defendida por Marco Aurelio y otros, enseña que debemos aceptar las cosas que no podemos cambiar y centrarnos en las que sí podemos. criónica La medicina tradicional china, que hace hincapié en preservar el cuerpo o el cerebro para una futura recuperación, coincide con esta filosofía en varios aspectos.
En primer lugar, criónica nos permite aceptar que la muerte es una parte inevitable de la vida, sin dejar de aferrarnos a la esperanza de que algún día podamos seguir viviendo. Esto es similar a la creencia estoica de que debemos aceptar la muerte sin miedo, ya que los dioses no nos involucrarán en el mal.
En segundo lugar, criónica nos permite centrarnos en las cosas que podemos cambiar. Aunque no podemos cambiar el hecho de que vamos a morir, podemos elegir preservar nuestros cuerpos o cerebros para una futura reanimación. Esto nos permite tomar el control de nuestro propio destino y tomar una decisión proactiva para prolongar potencialmente nuestras vidas.
Por último, criónica coincide con la creencia estoica de que debemos vivir el presente. Si nos centramos en preservar nuestros cuerpos o cerebros para el futuro, es posible que nos sintamos más inclinados a vivir nuestra vida plenamente y a aprovechar al máximo el tiempo de que disponemos.
Conclusión
En conclusión, la filosofía de la muerte defendida por Marco Aurelio en sus Meditaciones coincide con el concepto de criónica en varios aspectos. Ambas hacen hincapié en el valor de la vida y en la importancia de aprovechar al máximo el tiempo de que disponemos. criónica nos ofrece una forma de aceptar la muerte y aferrarnos a la esperanza de un futuro renacimiento, en consonancia con la filosofía estoica de aceptar las cosas que no podemos cambiar y centrarnos en las que sí podemos. Inscribirse en criónica no es negar la muerte, sino un acto para dar una oportunidad a la vida.