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¿Qué es la falacia del coste hundido?

Conozca la falacia del coste hundido y cómo puede afectar a su proceso de toma de decisiones.
Mind and Brain
|
22 de junio de 2023

La falacia del coste irrecuperable es un sesgo cognitivo que hace que la gente siga invirtiendo tiempo, dinero y otros recursos en una empresa a pesar de que ya no sea racional o viable. El término "coste hundido" se refiere a los costes que ya se han invertido y no se pueden recuperar. La falacia del coste irrecuperable se produce cuando las personas creen que tienen que continuar con la inversión porque ya han invertido mucho en ella, aunque sea una mala decisión.

Comprender la falacia del coste hundido

La falacia del coste hundido es un concepto que afecta a las personas en diversos aspectos de la vida, desde los negocios y las finanzas hasta las relaciones personales. Aunque está estrechamente relacionada con el campo de la economía y es ampliamente conocida en el mundo empresarial, la falacia también tiene implicaciones significativas en las relaciones personales y la toma de decisiones.

Definición y explicación

La falacia del coste a fondo perdido es, esencialmente, la negativa a aceptar el coste a fondo perdido de una inversión anterior y, en su lugar, dejar que esa inversión dicte las decisiones futuras. En términos sencillos, se refiere a la tendencia a aumentar el compromiso con un proyecto, una relación o un esfuerzo sólo porque ya se ha invertido mucho en él, aunque no esté funcionando bien. La gente suele pensar que abandonar la inversión significaría malgastar el tiempo, el esfuerzo y los recursos invertidos, y por eso se siente obligada a continuar.

Por ejemplo, supongamos que ha invertido una cantidad importante de dinero en un negocio que no va bien. A pesar de que el negocio no está generando beneficios, es posible que sigas invirtiendo más dinero y recursos en él, con la esperanza de que acabe cambiando. En este caso, entra en juego la falacia del coste hundido, ya que está dejando que su inversión anterior dicte sus decisiones futuras, en lugar de tomar decisiones racionales basadas en el estado actual de la empresa.

El despilfarro de recursos debido a la incapacidad de desprenderse de una inversión fallida.

Orígenes e historia del concepto

El concepto de falacia del coste hundido existe desde hace mucho tiempo. Fue identificado y definido por primera vez por psicólogos en la década de 1970, aunque la idea se remonta al estudio de la economía en el siglo XIX. El término "coste hundido" se utilizó inicialmente para describir los costes de las inversiones fallidas en el mundo empresarial. Sin embargo, la relevancia del concepto pronto se amplió, abarcando diversos aspectos de la toma de decisiones.

Uno de los primeros ejemplos de la falacia del coste hundido puede verse en la construcción del Canal de Suez en el siglo XIX. A pesar de enfrentarse a numerosos contratiempos y desafíos, el gobierno francés siguió invirtiendo fuertemente en el proyecto, creyendo que abandonarlo significaría que sus inversiones anteriores se malgastarían. Al final, el proyecto se completó, pero a un coste considerable, tanto en dinero como en vidas humanas.

Ejemplos de la vida cotidiana

Hay numerosos ejemplos de falacia del coste hundido en la vida cotidiana. Por ejemplo, alguien puede seguir apostando en un casino aunque ya haya perdido una cantidad sustancial de dinero, simplemente porque cree que le toca ganar. En otro caso, alguien puede continuar con una relación o un matrimonio aunque le esté causando angustia emocional, sólo porque cree que ha invertido demasiado tiempo y esfuerzo en ello. La falacia del coste hundido también puede influir en las empresas para que sigan invirtiendo en proyectos, tecnologías o productos que fracasan, en lugar de cortar por lo sano y seguir adelante.

Otro ejemplo de falacia del coste hundido puede verse en el campo de la educación. Los estudiantes pueden seguir estudiando una carrera que no les gusta o que no les conduce a una profesión satisfactoria, simplemente porque ya han invertido mucho tiempo y dinero en ella. Esto puede conducir a una sensación de insatisfacción y arrepentimiento más adelante en la vida.

Psicología de la falacia del coste hundido

La falacia del coste hundido tiene profundas raíces en la psicología humana. Funciona aprovechando sesgos cognitivos y factores emocionales, haciendo que las personas sigan invirtiendo en algo que de otro modo no harían. Esencialmente, las personas que caen presas de la falacia son incapaces de reconocer que los costes son irrecuperables y que las inversiones no pueden recuperarse.

Comprender la psicología que subyace a la falacia del coste hundido puede ayudarnos a evitar tomar decisiones basadas en un pensamiento irracional. Al reconocer los sesgos cognitivos, los factores emocionales y las motivaciones impulsadas por el ego que contribuyen a la falacia, podemos tomar decisiones mejor informadas y basadas en la lógica y la razón.

Sesgos cognitivos y toma de decisiones

Los sesgos cognitivos desempeñan un papel importante en la falacia del coste hundido. Como humanos, a menudo nos basamos en experiencias y suposiciones previas para tomar decisiones. Esta tendencia puede llevarnos a subestimar el coste real de la inversión y a sobrestimar el potencial de rentabilidad. Cuanto más tiempo y energía hemos invertido en algo, más tendemos a pensar que merece la pena, incluso cuando las pruebas sugieren lo contrario.

Un sesgo cognitivo especialmente relevante para la falacia del coste hundido es el efecto de dotación. Este sesgo se refiere a nuestra tendencia a sobrevalorar algo simplemente porque lo poseemos. Cuando hemos invertido tiempo, dinero o esfuerzo en algo, nos apegamos emocionalmente a ello, y este apego puede nublar nuestro juicio a la hora de tomar decisiones racionales sobre la inversión.

sesgo cognitivo
Los sesgos cognitivos desempeñan un papel importante en la falacia del coste hundido.

Factores emocionales y apego

Los factores emocionales, como el apego, también influyen en la falacia del coste hundido. Las personas se apegan emocionalmente a las inversiones que han hecho y, como resultado, es más probable que sigan invirtiendo aunque no sea racional hacerlo. El apego emocional puede ser especialmente fuerte cuando la inversión ha supuesto un reto o cuando la gente tiene mucho interés personal en el resultado.

Otro factor emocional que puede contribuir a la falacia del coste hundido es el miedo a la pérdida. Cuando hemos invertido una cantidad significativa de tiempo, dinero o esfuerzo en algo, podemos sentir que tenemos demasiado que perder si abandonamos la inversión. Este miedo puede hacer que sigamos invirtiendo, incluso cuando está claro que la inversión no está resultando rentable.

El papel del ego y el orgullo

A menudo se pasa por alto el papel del ego y el orgullo en la falacia del coste hundido, pero puede ser tan importante como los sesgos cognitivos y los factores emocionales. La gente suele pensar que si abandona una inversión está admitiendo su fracaso o su incompetencia. Este miedo al fracaso puede hacer que la gente siga invirtiendo incluso cuando ya no es viable o sensato hacerlo.

Además, la gente puede sentir que tiene algo que demostrar si sigue invirtiendo en un proyecto que fracasa. Esto puede ser especialmente cierto en entornos competitivos, donde las personas pueden sentirse presionadas para tener éxito a toda costa.

En general, comprender la psicología que subyace a la falacia del coste hundido puede ayudarnos a tomar mejores decisiones tanto en nuestra vida personal como profesional. Al reconocer los sesgos cognitivos, los factores emocionales y las motivaciones impulsadas por el ego que contribuyen a la falacia, podemos evitar tomar decisiones basadas en el pensamiento irracional y, en su lugar, tomar decisiones basadas en la lógica y la razón.

El miedo al fracaso impulsa a la gente a seguir invirtiendo a pesar de la falta de viabilidad o racionalidad.

Falacia del coste hundido en economía y empresa

En el mundo empresarial, la falacia del coste hundido puede tener implicaciones significativas, afectando a todo, desde la toma de decisiones individuales hasta las prácticas empresariales generales.

Escenarios empresariales comunes

Una de las situaciones empresariales más habituales en las que se produce la falacia del coste hundido es el desarrollo de software. A menudo, las empresas invierten grandes sumas en el desarrollo de un software que parece prometedor al principio, pero que resulta tener defectos o ser superado por la competencia. A pesar de ello, pueden seguir asignando recursos al desarrollo del software en lugar de interrumpir su desarrollo.

El impacto en las decisiones financieras

La falacia del coste hundido también puede afectar a las decisiones financieras de las empresas. Por ejemplo, una empresa puede sentirse obligada a continuar con una costosa campaña publicitaria aunque no esté funcionando porque ya ha invertido mucho en ella.

Estrategias para evitar la falacia

Una forma de evitar la falacia del coste hundido es tomar decisiones basadas en las perspectivas futuras en lugar de en las inversiones pasadas. En lugar de considerar cuánto tiempo y dinero se ha invertido en algo, las empresas deben considerar el potencial de rendimiento futuro. También es esencial mantener una perspectiva equilibrada y tener la capacidad de interrumpir inversiones que ya no tienen sentido.

fracasan las inversiones en bolsa
Las consecuencias de persistir en una empresa que fracasa debido a la falacia del coste hundido.

Falacia del coste hundido en las relaciones personales

La falacia del coste hundido puede tener graves implicaciones en las relaciones personales, haciendo que las personas permanezcan en relaciones que en última instancia son insatisfactorias o tóxicas.

Reconocer la falacia en las relaciones

Una forma de reconocer la falacia del coste hundido en las relaciones personales es analizar sus motivaciones para permanecer en la relación. Si temes quedarte solo o tienes un sentimiento de obligación debido a inversiones pasadas en la relación, puedes estar cayendo presa de la falacia.

Efectos en el bienestar personal

Los efectos de la falacia del coste hundido sobre el bienestar personal pueden ser perjudiciales. Al permanecer en relaciones fracasadas, las personas pueden experimentar un aumento del estrés, la ansiedad y la confusión emocional. Puede afectar negativamente a su salud mental y física y, en última instancia, a su calidad de vida en general.

Cómo avanzar y dejar ir

Si reconoces que estás experimentando la Falacia del Coste Hundido en una relación personal, es esencial que evalúes tus sentimientos y motivaciones con honestidad. Reflexione sobre sus valores y lo que quiere de la relación y, a continuación, tome decisiones basadas en lo que es mejor para usted a largo plazo. En última instancia, puede que sea necesario dejar ir la relación y aceptar el coste hundido de tus inversiones pasadas, para poder avanzar y dar prioridad a tu bienestar.