En el ámbito de la criónicadonde la ciencia trata de preservar a los individuos a temperaturas extremadamente bajas con la esperanza de que revivan en el futuro, es primordial mantener la integridad de los tejidos tras la muerte legal. Aquí es donde entra en juego el Soporte Cardio-Pulmonar (SCP), que proporciona un puente crítico entre el cese de la vida y el inicio del proceso de criopreservación.
Comprender el SPI
La asistencia cardiopulmonar es una técnica que emplea compresiones torácicas para mantener la circulación sanguínea y ventilación para garantizar la oxigenación de la sangre.
Aunque pueda sonar sorprendentemente similar a la RCP (reanimación cardiopulmonar), ambas tienen objetivos diferentes.
Aunque el objetivo principal de la RCP es devolver la vida a alguien, a menudo tras una parada cardiaca, la RCP sirve para mantener la función de los tejidos. No se trata de reanimar al individuo, sino de preservar los tejidos corporales en un estado lo más saludable posible hasta que pueda iniciarse el siguiente paso del procedimiento criónica .
¿Por qué es importante el SPI en criónica?
Una vez que una persona es declarada legalmente muerta, existe el riesgo de que se produzcan daños en los tejidos, especialmente en el cerebro, debido a la falta de oxígeno y flujo sanguíneo. Este daño podría impedir significativamente cualquier posibilidad de reanimación futura. Por ello, inmediatamente después de la muerte legal, los protocolos de criónica suelen incorporar la aplicación de SPI para mitigar estos riesgos. Al garantizar la circulación y la oxigenación, el SPI reduce las lesiones isquémicas y mantiene la viabilidad de los tejidos.
El papel de los SPI en el Protocolo criónica
Cuando una persona ha elegido criónica como vía post mortem, es crucial actuar con rapidez tras la muerte legal. Los equipos de respuesta formados en criónica suelen estar a la espera, listos para aplicar el SPI y otras medidas de estabilización. Estas medidas suelen incluir el enfriamiento del cuerpo, la administración de medicamentos para reducir la demanda metabólica y prevenir la coagulación, junto con el SPI.
El uso de CPS garantiza que los tejidos, especialmente los neuronales, sigan siendo viables durante el tiempo que se tarda en preparar e iniciar el proceso de crioconservación, en el que el cuerpo o el cerebro se vitrifican en un estado similar al vidrio sin formar cristales de hielo.
Conclusión
En la intrincada coreografía de criónica, cada paso tiene su función única, garantizando la mejor preservación posible del individuo para una posible reactivación futura. El SPI se erige en guardián durante la vulnerable fase inmediatamente posterior a la muerte legal, destacando su importancia para mantener la esperanza que sustenta la esencia misma de criónica.